5 oct 2007

Superdotada acosada busca curro

Hace unos días, hojeando el periódico, di con una noticia que me dejó a cuadros: una individua autocalificada de superdotada buscaba un nuevo empleo porque en el anterior había sido víctima del mobbing. Pero esperen, que no queda ahí la cosa: la susodicha aclaraba que ese mobbing había sido causado por la envidia de los compañeros hacia sus superiores capacidades intelectuales.

Cuando conseguí que se me pasara el ataque de risa, me paré a analizar un poco mejor lo que acababa de leer. Para empezar, esta señora directamente achacaba la envidia de sus colegas no a sus titulaciones académicas o a sus habilidades directivas, sino a su cociente intelectual. Como quiera que ese dato no puede saberse a menos que uno lo vaya pregonando por ahí, no me extrañaría nada que ella misma lo hubiera aireado esperando ganarse así el respeto de sus compañeros; lo cual, de ser así, ya de demostraría una clara escasez de neuronamen pensante. Además, tampoco creo que sea demasiado grato para nadie trabajar con una persona que está todo el día en plan “mirad lo listísima que soy”, y hablo por experiencia. Así que supongo que cualquier comentario que soltara alguien ella lo interpretó como “un ataque a su persona”.

La noticia aclaraba también que nuestra superdotada tenía un C.I. superior a 165, es decir, “que era prácticamente un genio” (¿pero los tests de C.I. estandarizados para adultos no marcaban un máximo de 160?), y que era miembro de la junta directiva de la Asociación Española para Superdotados y con Talento (AEST), asociación a la que con esto ha dado una imagen pésima. Pues muy bien, pero a la hora de encontrar trabajo de poco le van a servir estas credenciales. Otra cosa es que diga, “oye, que tengo diez licenciaturas”, o “tengo experiencia sobrada para el puesto”, pero recurrir a algo con lo que naces en lugar de a lo que sabes hacer es como pedir trabajo diciendo “contrátame, que tengo los ojos verdes”. Algo completamente estúpido.

Yo no sé ustedes, pero si yo estuviera buscando a alguien para un puesto de trabajo a la última a la que llamaría sería a esta creída. Antes contrataría a otro que, a lo mejor sin tantas titulaciones, fuera capaz de desempeñar bien su tarea sin dárselas de nada. Así que una buena cura de humildad primero, y luego que tenga en cuenta que la inteligencia no consiste en acumular datos, sino en saberse adaptar a cualquier ambiente.

La noticia, por si hay curiosos.